sábado, 1 de marzo de 2014

Compartiendo el lecho

Llegada a casa, cosa de temer... como habría de esperarse no podíamos acampar en la clínica el resto de la vida de AN así que mi decisión fue abandonar aquel lugar lo antes posible (es fácil acostumbrarse a los mimos, las atenciones & a una partera cuida bebes a nuestra disposición) quería empezar con la vida de mamá y dejar de lado la sobreprotección de aquella tan amable gente que no paraba de facilitarme todo. Así que al día siguiente de la llegada de mi pequeño a este loco mundo y después de la revisión de nuestros respectivos médicos fuimos dados de alta a las 9pm. y tomamos dirección a casa.

Mi madre estaba vuelta loca, su bebé (YO) teniendo a un bebé a su cuidado, según ella algo que podría terminar siendo un verdadero caos. ¡Bebé nuevo... Papá nuevo.. y mamá salida del quirófano! (bah pero que buen equipo eramos). Todo pintaba que empezaríamos con el pie izquierdo, pero para nuestra divina y sagrada suerte el retoño había salido aun hecho un ángel, con los mejores modales deseados y con una actitud triunfal ante este nuevo entorno.


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